Con todas las
crecidas de los ríos de estos últimos días, sobre todo las impresionantes imágenes
que llegaban del sur de Alemania se me ocurrió investigar un poco y escribir
este post. Porque es verdad que el Danubio es un rio grande que es el que
mayores estragos ha causado este año, sobre todo por Estrasburgo y Budapest,
pero claro el Rin no se queda lejos.
El Rin, “Rhein”
para los alemanes también subió de caudal en las pasadas semanas, no tanto como
para que llegara a desbordarse a su paso por Colonia, pero lo suficiente para
que inundara muchas zonas de los alrededores. Yo, en lo que llevo aquí no lo había
visto tan arriba, unos 10 centímetros mas y hubiera llegado al subir por encima
del paseo principal.
Pero es que estos
ríos tan grandes, con su enorme cantidad de afluentes pueden llevar consigo las
lluvias caídas muchos kilómetros atrás. Y eso es lo que ocurrió en esta ocasión,
se notaba incluso un gran cambio en el color del agua, de su verde oscuro característico
a un marrón bastante mas feo, que arrastraba troncos de árbol y otras
vegetaciones.
Pero es que el Rin,
a su paso por Colonia ha tenido crecidas importantes, la última grande en 1956.
Si paseas al lado del rio por Altmarkt veras la famosa casa del codillo (“HaxenHaus”)
claramente reconocible por ser la única casa pintada de naranja. En ella, además
de poder degustar una gran variedad de codillos podrás ver fotografías de esa
ultima inundación, en la que la altura del agua paso por encima de las ventanas
de este establecimiento.
Y esa fue grande,
pero se tiene constancia de una mucho mayor que ocurrió en 1784, en la que el
nivel del rio subió mucho mas arriba. Para hacerse una idea, lo mejor es
acercarse a la plaza que da entrada a la iglesia de St. Martin. En esta plaza
encontrareis un monolito construido en memoria de esta crecida, con la marca de
los 50 metros sobre el nivel del mar y la altura que alcanzó el rio en aquella ocasión.
En el monolito se puede leer que esta crecida se llevo por delante el pueblo de
Mulheim.
De paso, en esta
misma plaza podréis encontrar dos estatuas de bronce de lo mas graciosas que
representan a “Tünnes and Schöll”, dos personajes pintorescos del folklore kölsch.
También dicen que frotarle la nariz a uno de ellos da suerte. Veréis que es fácil
distinguir a cual porque tiene la nariz bastante sobada.
Por ultimo, una
visita a la iglesia de St. Martin, completamente reconstruida después de la
segunda guerra mundial, tiene un encanto especial porque se pueden visitar las excavaciones
romanas encontradas en el suelo de la misma y que describen las diferentes
construcciones erigidas sobre el lugar desde esta época de los romanos.
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