martes, 3 de diciembre de 2013

Escapadas desde Colonia - Bochum


Hace ya algún tiempo me escapé a Bochum (se pronuncia algo así como "bojum") para asistir al concierto del grupo americano Avenged Sevenfold (si te interesa mira aquí) y con la excusa aproveché que era domingo para ir por la mañana y dar una vuelta a la ciudad.

Al igual que casi todas las grandes poblaciones en la cuenta del Ruhr, esta ciudad está unida a las industrias del carbón y del acero. Y  en Bochum esto se nota especialmente

Como decía llegue por la mañana. Es posible llegar en tren desde Colonia y la estación central de Bochum es facilmente accesible, pero yo fui en coche. Mucho más cómodo en domingo ya que es fácil aparcar sin tener que estar pendiente de los parquímetros.

Aparqué cerca de lo que ellos llaman centro, aunque no hay nada muy especial que diferencie el centro del resto. Sinceramente, si lo que buscáis son piedras, iglesias y similares, habéis llegado al lugar equivocado. Hay alguna cosilla de estas y edificios interesantes, pero no es una ciudad especialmente bonita, más bien diría que es bastante fea para los estándares que muchos suelen aplicar.



Sin embargo es una ciudad industrial y podréis encontrar muy buenos ejemplos de la arquitectura tradicional de la época en que estas ciudades eran hervideros de trabajadores. Con sus construcciones de ladrillo rojo y alguna que otra chimenea salvada de la reconstrucción le dan a la ciudad un aspecto muy peculiar.

Pero sin lugar a dudas lo mejor se encuentra en las afueras. Algunas casas como de estilo colonial nos dan la bienvenida en el paseo hasta el museo "Bergbaumuseum" o museo de la mineria, y es que han convertido una antigua mina de carbón en un impresionante museo sobre la minería. Es muy, muy recomendable, para todos aquéllos a los que como a mí, les guste este tipo de turismo industrial.

 
El museo dispone de una exposición muy cuidada y variada en la que encontraréis desde minerales y fósiles hasta maquinaría. Todo tipo de maquetas y piezas reales nos hacen recordar las penurias y el trabajo durísimo de los mineros y nos permiten celebrar el ingenio humano. Pero lo mejor llega al final cuando tendréis la posibilidad de visitar la mina. Bajamos con el ascensor y nos sentiremos como los mineros de antaño. Con la maquinaria situada como si realmente pudiera funcionar en ese preciso momento, nos sentiremos pequeños pero podremos subir a las maquinas y sentirnos por un momento como mineros reales. No es muy recomendable para los que sufran de claustrofobia pues pasaremos un buen rato bajo tierra. Depués del paseo por las profundidades que mejor que subir a las alturas para terminar la visita. Podreís ver la ciudad desde las alturas de la torre de entrada a la mina.

Por sólo 6.50€, una visita increible. Casi igual de bueno que el concierto de por la noche. Os dejo con unas fotillos de la visita.










Así que ya sabéis de otro sitio que podéis visitar cuando ya hayáis pasado por los típicos.

Salu2.

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