Hace ya unos días
os contaba sobre el post de mercadillos navideños que había escrito para el
blog amigo de “El Colonés”. Bien, hoy vamos a dar un paseo virtual por ellos.
Si llegáis al
centro de la ciudad, digamos a la catedral, a solo unos pasos se encuentra una
de las vistas de la ciudad que no deberíais perderos en estas fechas (si os
gusta la Navidad, claro!). Acercándonos a la cervecería Fruh, veremos el mercadillo
justo delante de la inmensa catedral iluminada en ese tono azulado y tendréis
una foto inolvidable para enseñar a los familiares y amigos para que se animen
a haceros una visita en los fríos meses de invierno.
Entrando en el
mercado, atestado de gente, lo primero deberemos armarnos de paciencia porque
los ríos de gente hacen que caminar por dentro del mismo sea complicado. No os
digo nada si es fin de semana.
Una cosa que es tónica
general en todos los mercadillos es que donde más gente hay, es donde se vende
comida o bebida, así que si lo que queréis es tomar un Glühwein o comeros un
rico pincho moruno, buscar donde se apelotona aún más la gente y ahí está
vuestro destino.
El mercado de la
catedral tiene un escenario en el centro en el que suele haber actuaciones. Si conseguís
haceros con un huequecito podréis disfrutar una bebida caliente en el mejor
ambiente navideño.
Desde este
mercado es muy fácil llegarse a Altmarkt, otra de las zonas más concurridas, pero
visita ineludible por su fantástica ubicación y decoración. Cruzarlo vuelve a
ser difícil y en el centro de la plaza suele haber también música navideña en
vivo. Desde aquí, y sin que parezca que salgamos del mercado, llegaremos al
mercadillo de Heumarkt, quizás el más entretenido y concurrido por eso de la
pista de hielo (este año la más grande de Alemania). Las casetas de dos plantas
con mirador a la pista de hielo son difícilmente accesibles por la marea
humana, pero también aquí tendrás música alemana en directo y podrás disfrutar
de un paseo por las tiendecitas y algo de comer y beber.
He hecho un montón
de fotos para que os hagáis una idea de lo que se puede ver en las tiendecitas.
La oferta es tremendamente variada. Podemos comprar dulces típicos navideños,
quesos, embutidos, bebidas, aceites, infusiones, velas, ropa de abrigo, decoración
navideña y no navideña, joyas, bisutería, artículos artesanales, tallas de
madera, y un largo etcétera. Vamos que si estas de visita y quieres llevar algo
de recuerdo el problema será elegir el qué. También puedes llevarte una tacita
de las que te dan (bueno, te compras) con la bebida. Ya sabéis que si las
devuelves te devuelven el dinero, pero siempre te puedes quedar con ella.
Para terminar el
paseo te diré que no vas a pasar hambre, puesto que a las ya archiconocidas
salchichas se unen como decía los pinchos morunos, de cerdo o pollo, las
Reibekuchen o Flammkuchen, el queso
fundido, los gnocchi, las frituras de todo tipo, los champiñones, o lo que a mí
más me gusta, un bocadillo de salmón al estilo de Laponia.
Qué, ahora no me digáis
que no tenéis ganas de ir corriendo a uno de ellos.
Un saludo.